Estudiemos…
La resurrección
La resurrección es el acto de volver a la vida después de la muerte. En términos más amplios, la resurrección también se refiere a la restauración de la vida, ya sea física, espiritual o simbólica.
La resurrección es un tema central tanto en la Biblia como en las enseñanzas rabínicas. Este concepto abarca tanto la resurrección de los muertos en un futuro escatológico como la resurrección de Jesucristo en el cristianismo, que tiene un significado teológico profundo. En los estudios rabínicos, la resurrección también es un tema clave, aunque con interpretaciones diferentes a las cristianas. Aquí hablamos sobre todo esto…
1. Resurrección en la Biblia
La resurrección es un tema que se aborda en varias partes de la Biblia, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento.
Antiguo Testamento
En el Antiguo Testamento, la idea de la resurrección está tan claramente desarrollada como en el Nuevo Testamento.
- Job 19:25-27: Uno de los pasajes más conocidos sobre la resurrección en el Antiguo Testamento se encuentra en el libro de Job, donde Job declara su esperanza en que será resucitado: “Yo sé que mi Redentor vive, y que al fin se levantará sobre el polvo; y después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios.”
- Isaías 26:19: Aquí, Isaías habla sobre la resurrección de los muertos en un contexto escatológico: “Tus muertos vivirán; sus cadáveres resucitarán. Despierten y canten, los que habitan en el polvo, porque tu rocío es como el rocío de las plantas, y la tierra dará a luz a los muertos.”
- Daniel 12:2: Este versículo es otra clara referencia a la resurrección, en un contexto escatológico: “Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados; unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.”
- En 2 Reyes 4:18-37, el profeta Eliseo resucita al hijo de la mujer sunamita. Este es uno de los ejemplos más notables de resurrección en el Antiguo Testamento. La mujer había recibido al hijo como un milagro de Dios por la promesa de Eliseo, y cuando el niño muere, Eliseo ora y lo revive.
- En 2 Reyes 13:20-21, un hombre que había muerto es resucitado cuando su cuerpo entra en contacto con los huesos de Eliseo. Este evento destaca el poder milagroso que Dios otorgó a Eliseo incluso después de su muerte.
Resurrección en la Biblia
Nuevo Testamento
En el Nuevo Testamento, la resurrección de Jesucristo es el tema central, y se trata tanto de su resurrección física como de la promesa de la resurrección de los muertos para aquellos que creen en Él.
- Resurrección de Jesús: La resurrección de Jesucristo es vista como el punto culminante de la obra redentora de Cristo. En 1 Corintios 15:20-22, Pablo afirma que la resurrección de Jesús es el “primer fruto” de la resurrección futura de todos los creyentes: “Pero ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho… porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.”
- Juan 11:25-26: Jesús dice a Marta que Él es la resurrección y la vida: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá; y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente.”
- 1 Tesalonicenses 4:16-17: La resurrección de los muertos y la Segunda Venida de Cristo se describen claramente en este pasaje: “Porque el Señor mismo, con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes, para recibir al Señor en el aire.”
- 1 Corintios 15:42-44: El apóstol Pablo explica la resurrección de los muertos, comparando el cuerpo resucitado con el cuerpo terrenal:“Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucita en incorrupción; se siembra en deshonra, resucita en gloria; se siembra en debilidad, resucita en poder; se siembra cuerpo animal, resucita cuerpo espiritual.”
La resurrección de la hija de Jairo: Mateo 9:18-26, Marcos 5:21-43, Lucas 8:40-56
Esta es una de las resurrecciones más conmovedoras realizadas por Jesús. Jairo, un líder de la sinagoga, pide ayuda a Jesús porque su hija está muriendo. Antes de que lleguen a su casa, les informan que la niña ha muerto. Jesús, sin embargo, le dice a Jairo que tenga fe, entra en la casa, toma a la niña de la mano y le dice: «Talitha cumi» (que significa: «Niña, a ti te digo, levántate»). La niña revive de inmediato.
La resurrección de Lázaro: Juan 11:1-44
Lázaro, amigo de Jesús y hermano de Marta y María, muere después de estar enfermo. Jesús llega a Betania cuatro días después de su muerte. A pesar de que parecía demasiado tarde, Jesús proclama: «Yo soy la resurrección y la vida» y manda que retiren la piedra del sepulcro. Luego, clama: «¡Lázaro, sal fuera!» y Lázaro sale del sepulcro, vivo y envuelto en vendas funerarias.
La resurrección del hijo de la viuda de Naín: Lucas 7:11-17
Jesús encuentra una procesión fúnebre en Naín, donde una viuda llora la muerte de su único hijo. Movido por compasión, Jesús toca el féretro y le dice al joven: «Joven, a ti te digo, levántate». El joven revive y Jesús se lo entrega a su madre.
La resurrección de muchos santos tras la muerte de Jesús: Mateo 27:51-53
Cuando Jesús muere en la cruz, ocurre un evento extraordinario: «Los sepulcros se abrieron, y muchos cuerpos de santos que habían muerto resucitaron». Ellos salieron de los sepulcros después de la resurrección de Jesús y fueron vistos por muchos en Jerusalén.
La resurrección de Tabita (Dorcas) Hechos 9:36-42
Tabita, una discípula conocida por su generosidad, muere en Jope. Los creyentes llaman al apóstol Pedro, quien ora, y dice: «Tabita, levántate». Ella revive y Pedro la presenta viva a los creyentes. Este milagro fortalece la fe de la comunidad y lleva a muchos a creer en el Señor.
La resurrección de Eutico: Hechos 20:7-12
Eutico, un joven, se queda dormido mientras Pablo predica en Troas. Cae desde una ventana del tercer piso y muere. Pablo baja, se abraza a él y declara que está vivo. Eutico es resucitado y vuelve a la reunión, lo que renueva el ánimo de los presentes.
Resurrección en el Judaísmo Antiguo según los estudios rabínicos
En tiempos de Jesús, existían varias escuelas de pensamiento entre los judíos sobre la resurrección:
- Fariseos: Los fariseos eran los que más se adherían a la creencia en la resurrección de los muertos. Creían que, al final de los tiempos, los justos resucitarían para vivir en un mundo restaurado. Esta enseñanza está claramente reflejada en los escritos rabínicos y en el Nuevo Testamento. Los fariseos también creían en el concepto de vida después de la muerte, aunque la naturaleza exacta de la resurrección no estaba completamente clara.
- Saduceos: Los saduceos, por otro lado, no creían en la resurrección. De hecho, en Mateo 22:23-32, se describe un debate entre Jesús y los saduceos sobre este tema, en el que Jesús reafirma la realidad de la resurrección.
- Espectros de la resurrección en el Talmud: En la misma tradición rabínica, el Talmud y otros textos rabínicos posteriores también hablan de la resurrección en el contexto de la escatología. Se cree que en el “Olam Ha-Ba” (El Mundo Venidero), los justos resucitarán para una vida eterna. La resurrección se presenta como un acto divino de restauración y recompensa para aquellos que han seguido los mandamientos de Dios.
La resurrección en el “Olam Ha-Ba”
En el judaísmo, se cree que al final de los tiempos, Dios traerá la redención final de los justos, los cuales resucitarán. Este es un concepto clave en el pensamiento judío rabínico:
- Talmud (Berajot 17a): Habla sobre la resurrección como una parte importante de la redención futura. En el Talmud se enseña que los muertos resucitarán con un cuerpo transformado y serán juzgados.
- Maimónides: El filósofo y rabino Maimónides (1135-1204) también enseñó que la resurrección es una doctrina central en el judaísmo, aunque algunos aspectos permanecen abiertos a la interpretación. En sus “13 principios de la fe”, incluye la creencia en la resurrección de los muertos como uno de los elementos fundamentales del judaísmo.
Guardándonos de la «levadura» en nuestra comprensión de la resurrección
La advertencia de Jesús sobre la levadura de los fariseos y saduceos nos invita a examinar nuestras creencias y enseñanzas. Debemos asegurarnos de que nuestra comprensión de la resurrección y otros temas clave no se contaminen con el legalismo, la incredulidad o la superficialidad espiritual. La resurrección no es solo una doctrina; es la esperanza viva que transforma nuestras vidas y nos llama a vivir con fe y propósito en Cristo.
Cuando Jesús nos advirtió que nos cuidáramos de la «levadura de los fariseos y saduceos» (Mateo 16:6-12), señalaba la influencia peligrosa de sus enseñanzas y actitudes espirituales. Los fariseos, aunque afirmaban creer en la resurrección, la distorsionaban al enfocarse en legalismos y tradiciones humanas. Los saduceos, por otro lado, rechazaban la resurrección, limitando su visión de la obra de Dios. Ambas posturas reflejan cómo la mala enseñanza puede desviar nuestro entendimiento de la verdad divina.
Al reflexionar sobre la resurrección, vemos que este tema atraviesa toda la Escritura, desde el Antiguo Testamento hasta el Nuevo:
- En el Antiguo Testamento, Dios mostró su poder sobre la muerte a través de ejemplos como Eliseo resucitando al hijo de la sunamita o los huesos de Eliseo dando vida a un hombre muerto.
- En el Nuevo Testamento, las resurrecciones realizadas por Jesús, como la de Lázaro, el hijo de la viuda de Naín y la hija de Jairo, culminan en su propia resurrección, el evento central de la fe cristiana.
Así como los primeros discípulos aprendieron a discernir la verdad, también nosotros debemos estudiar las Escrituras con humildad, alimentarnos de la Palabra de Dios y permitir que nuestra fe sea edificada en la pureza y el poder del Evangelio. La resurrección, tanto en el pasado como en el futuro, es un testimonio eterno del amor de Dios y su plan para redimir y renovar toda la creación.